Nací un 11 de noviembre de 1980 en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires, Argentina. Con una infancia diferente a la normalidad de esos tiempos. Eso hizo que ya de niña me pregunte sobre la vida y busque explicaciones hurgando sobre los libros de mi abuela una lectora y curiosa mujer.
No fue hasta mis 22 años que apareció mi primera maestra de yoga, al verla sentada, hablando y enseñando, mi ser se dio cuenta que ese era el camino que quería seguir y compartir.
Alli arranqué mis estudios.
Comencé con reiki para entender y ver cómo la energía fluye y sana a través de nuestras manos. Cómo nuestro ser es más que cuerpo físico; es campo magnético y sutil.
Mi primer profesorado de yoga fue en Prashant, donde la postura y la alineación correcta beneficia nuestro cuerpo y sus sistemas, creando una estabilidad física y mental.
Luego, fui a seguir mis estudios en capital federal.
En ese tiempo profundicé en las enseñanzas de vaishnavismo. Allí conocí a mi maestro de hatha yoga, practica simple y profunda, donde entendí que no solo debía poner foco en el cuerpo; la meditación era de vital importancia para el reconocimiento del espíritu y el dialogo interno.
Siempre seguir creciendo en conocimiento y practica es importante para mí, por eso continué en la búsqueda y conocí el feng shui, la radiestesia y la psicobioenergia. Aprendí a observar como la materia (casa, objetos) son puestos allí bajo la frecuencia de nuestra mente, que a la vez vibra lo que sentimos; orden, desorden, abundancia, carencia. Con estos saberes entendí cómo la energía sutil de las personas, objetos y lugares determinan situaciones que influyen es nuestra vida cotidiana
Y luego llegó a mi vida el Kundalini yoga y la meditación. El gran cambio en mi vida. Reencontrándome con mi identidad, mi esencia, limpiando mi mente y mi cuerpo… y por sobretodo empoderándome, abriendo mi ser creativo y voluntad.
De allí continué con la numerología tántrica, estudio que realicé luego del estructurado en kundalini yoga y terapia con sonido de Gong. Estudiando los cuerpos espirituales y cómo marcan nuestro potencial latente. Nuestra alma, karma, regalo divino, destino y camino de vida.
En este punto de mi vida supe que podría finalizar (por ahora) mis conocimientos con Astrología. Encontré una pasión por este saber, ya no cabían dudas que a través de los astros mi servicio estaba completo. Un informe de la carta natal tiene todo lo que universo y la conciencia personal dispone para desarrollarse en la vida. Nuestras capacidades, obstáculos, afectos y refugios emocionales, metas y proyecciones, todo se encuentra allí.