La astrología fue creada para entender cómo funcionaba la gente. Los primeros arquetipos psicológicos comenzaron en la astrología, observando patrones y cómo se desarrollan. Su punto clímax es en Grecia, en época del imperio romano sus conocimientos y bases tecnológicas estaban en pleno proceso. Hasta Constantino I, quien declara al cristianismo como religión oficial, y se destruyen todos los centros de conocimiento que existían. Sólo el saber del cristianismo era válido, y cualquier otra disciplina (humanidades, matemática, filosofía) tenía que ser eliminada.
Los grupos herméticos nacen, porque la información tenía que ser escondida, ya que su vida corría peligro. La astrología como proceso psicológico, humanista y evolutivo choca con el dogma, ya que hablaba de la experiencia y la evolución del alma; no hay infierno, no hay cielo. Ya así, solo podían acceder a ciertos conocimientos e información aquellos que tenían poder y dinero. La astrología pasa a ser solo predictiva; eres eso, y solamente eso, sin posibilidad de expandirte, evolucionar o ser consciente. Los planetas empiezan a tener definiciones a blanco y negro, tu eres malo “Saturno”, tu eres bueno “Júpiter”, dejando así la verdadera función del planeta. No había ninguna herramienta para trascender.
En la inquisición fue su peor época, se llegó hasta la muerte para aquellos que hacían astrología humanista. Sobre todo, en España e Italia, no así en Inglaterra.
En la modernidad, la astrología se conforma como un mapa, que tiene una evolución, y a través de ella, se accede a un conocimiento profundo de la psiquis y el alma del ser humano. Despliega el análisis sobre las cualidades y particularidades en el desarrollo de la existencia, y el camino de la aceptación y transcendencia. Es la comprensión y el aprendizaje de estos mismos aspectos los que determinan la calidad de nuestras vidas.
El cambio de dirección lo produce Carl Jung, médico, psiquiatra y psicólogo suizo. Jung introduce la astrología en su enfoque, e inspira a los psicólogos y psiquiatras de la época que comienzan a observar los patrones de ambos saberes en conjunto. Jung empieza a proponer, que ciertos conflictos que abordaba con sus pacientes estaban descriptos en sus cartas, y podían ser trabajados y modificado, a diferencia de la forma en que se concebía en la astrología predictiva. Estas son los inicios en el proceso de autoconocimiento y el camino de evolución.
La carta astral representa las bases del árbol genealógico. Las bases de nuestro conocimiento y desarrollo; lo consiente y lo inconsciente. Y lo más maravilloso, es que nos muestra el sendero donde se encuentra la luz, esa que despierta nuestra consciencia.